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Lo que Aprendí Hoy en el Piano: Bemoles, Sostenidos y Consejos para Tocar Mejor

 Lo que Aprendí Hoy en el Piano: Bemoles, Ritmo y Más ¡Hola a todos! Hoy quiero compartir con ustedes lo que aprendí en mi clase de piano. Cada día siento que voy avanzando más y, a la vez, me doy cuenta de cuánto hay por aprender. El piano es un mundo fascinante y hoy descubrí nuevos detalles que quiero compartir con ustedes. ¡Vamos allá! 1. Hoy Hablamos de los Bemoles En un post anterior, les hablé de los sostenidos, esas teclas negras que se encuentran a la derecha de las teclas blancas y que se indican con el símbolo #. Hoy, le tocó el turno a los bemoles, las teclas negras a la izquierda de las teclas blancas, que se indican con el símbolo b. Lo interesante es cómo estos dos símbolos, # y b, se complementan en la música. Los sostenidos suben el tono de una nota, mientras que los bemoles lo bajan. ¡Qué importante es saber cómo se combinan estos dos para leer partituras correctamente! 2. Una Regla Útil sobre los Bemoles en el Compás Lo más interesante de hoy fue una regla muy ...

Repaso de Mis Primeros Pasos en el Piano: Aprendiendo el Pentagrama

 

Aprendiendo el Pentagrama


El Pentagrama: Mi Primer Encuentro con la Música

Cuando empecé a aprender piano, una de las primeras cosas que tuve que entender fue el pentagrama. Aprendí que el pentagrama está formado por 5 líneas y 4 espacios, los cuales se enumeran de abajo hacia arriba. En ese momento, todo parecía tan nuevo y confuso, pero con el tiempo fue comenzando a tener sentido.

Algo que me ayudó mucho fueron las claves. El pentagrama tiene dos "amigas" muy fieles que me acompañaron desde el principio: la clave de sol y la clave de fa. La clave de sol me indicó que esa parte debía tocarla con la mano derecha, mientras que la clave de fa me indicó que la mano izquierda era la que se encargaba de esa sección.

Además, aprendí que el pentagrama tiene unas líneas verticales llamadas "barras de compás". Entre cada barra, hay un espacio que se llama compás, y fue ahí donde empecé a entender la importancia del ritmo.

También me encontré con una doble barra final. Es una señal clara: es el final de la canción. Esta barra está formada por dos líneas, una más gruesa que la otra, y al verla supe que la pieza había llegado a su fin.

Pero lo más importante que aprendí es que cada nota musical ocupa un lugar específico en el pentagrama, ya sea sobre una línea o en uno de esos espacios. ¡Y de ahí, la magia comienza! Las notas ya no eran solo símbolos, sino que tenían una posición y un propósito claro.

 

El Desafío de Aprender las Posiciones de las Notas

¡Vaya! Ahora tocaba otro reto: aprenderme las posiciones de las notas en el pentagrama. Al principio, probé muchas maneras de hacerlo, pero la verdad es que no me funcionaron. Lo que realmente me ayudó fue leer las notas en voz alta mientras las tocaba en el piano, repitiéndolo una y otra vez. Quizá a ti también te pase, pero a mí me funciona mucho aprender visualmente y repitiendo las cosas varias veces. Es como cuando uno aprende un nuevo idioma: repites una y otra vez hasta que la palabra se te queda. O, como cuando los bebés empiezan a hablar: les dices "mamá, mamá, mamá", y al final, ellos aprenden a decirlo. ¡Oye, espera! Eso me trae muchos recuerdos… Yo sí me pasé diciendo "mamá, mamá, mamá" a mis 4 hijos, y ¿saben qué dijeron ellos? ¡Dijeron "papa"! Pero bueno, ¡ellos fueron una excepción! 😄

La repetición es una de mis mejores aliadas cuando aprendo algo nuevo. A veces, cuando trataba de aprender el pentagrama de distintas formas, me sentía completamente perdida, como mareada con tantas líneas y espacios. Me frustraba no poder aprenderme todo rápido y seguía pensando que las notas se movían de lugar, como si se burlaran de mí. Pero luego recordé cómo había aprendido los nombres de las teclas del piano, dividiéndolas en dos grupos, y se me ocurrió: ¿por qué no hacer lo mismo con las notas en el pentagrama?

Comencé con la clave de sol. La primera que aprendí fue el Do central, ¡porque es el más fácil! Es el único que está fuera del pentagrama y tiene un palito que lo distingue de los demás. Así que empecé con ese. Dibujé un pentagrama en un papel, lo dividí en 4 partes, y escribí las notas Do, Re, Mi, Fa. Al principio, les puse los nombres, pero luego los quité para hacerlo más desafiante. Fui al piano, practiqué varias veces, y cuando sentí que ya lo sabía, lo intenté en el segundo espacio, de atrás hacia adelante: Fa, Mi, Re, Do. ¡Ya tenía dos compases hechos en mi pentagrama!

Me quedaban dos espacios libres, así que decidí hacer una variación: Do, Mi, Re, Fa. Y en el cuarto espacio, hice otra variación. Estuve practicando ese dibujo durante varios días, y poco a poco fui añadiendo más notas: Sol, La, Si, Do. Lo mejor de todo es que, al ver las notas y decirlas en voz alta, me ayudaba mucho a memorizarlas.

Luego pasé a la clave de fa, y repetí el proceso. Cuando tenía un poco de tiempo libre, sacaba mis flashcards para repasar y mantener fresca la memoria. Ahora, el verdadero reto es mezclar todo lo aprendido. ¿Te atreves a aceptar el reto? ¡Vamos, que juntos lo logramos!

 

 

El Ritmo: ¡Ahora sí que se pone interesante!

Espera, porque la cosa no terminó ahí… ¡Ahora es cuando empieza lo emocionante! Me tocó estudiar el ritmo, y al principio, fue todo un reto. Estuve toda la semana diciendo por toda la casa: “uno, uno, uno, uno, dos, dos, uno, dos, tres y cuatro”. ¡Imagínate! Mi esposo ya le decía a nuestros hijos: “La perdimos, ¡el piano la volvió loca!” 😅 Pero, claro, tuve que explicarles que solo estaba estudiando el ritmo.

Les conté que en el piano hay tres tipos de ritmo. El primero se llama "redonda", y tiene una duración de 4 tiempos. Luego está la "blanca", que dura dos tiempos, y por último, la "negra", que dura un solo tiempo. ¡Y con esos tres ritmos empieza a tener sentido todo lo que tocamos!

Después de mucha práctica, el siguiente paso fue leer mi primera partitura y darle ritmo a las notas. ¡Y qué emocionante fue eso! Me sentí como si estuviera a punto de hacer magia con el piano.

Te animo a que sigas practicando, porque el ritmo es esencial para tocar de manera fluida y natural. ¡Estoy segura de que lo lograrás! Y, para que puedas estudiar de la mejor manera, quiero contarte algo que ha sido fundamental para mí: mis audífonos. No sé qué haría sin ellos. Los utilizo siempre en mis prácticas, y sinceramente, son un game changer.

¿Qué tiene de especial? Son súper cómodos, tienen un sonido nítido y claro, lo que me permite escuchar cada detalle de lo que estoy tocando, sin distracciones. Además, son accesibles, lo que los hace perfectos para quienes estamos aprendiendo. Y lo mejor es que, si cometo un error, nadie se entera, ¡y puedo corregirlo en paz! 😄

Si te interesa, te dejo el link de los audífonos que utilizo, porque definitivamente creo que son una inversión que vale la pena para cualquier pianista en formación. También te dejo los links de los libros que estoy usando, por si te gustaría comprarlos. ¡Estoy segura de que todo esto te ayudará a avanzar más rápido!



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